Portada » Cuando los fantasmas aparecen

Cuando los fantasmas aparecen

Cuando los fantasmas aparecen y asaltan por la espalda. Hay que arroparlos nuevamente en las hojas de los libros ya leídos. Besarlos en la frente. En la boca. En la espalda. Apostillarlos. Enviarlos nuevamente por donde llegaron. Bendecirles los pies y santificarles la despedida. 


«¡Gracias por venir!», Podemos gritar. 

¡Gracias por venir pero no hay verdades absolutas, 
ni amores eternos ni veranos soleados! 

Lo qué pasa es que en el desierto también nieva. 
También nieva y también florecen los tulipanes. 


Feliz regreso viajero.



Otras Publicaciones

Post navigation

Comparte un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *