Te equivocaste de Nombre.
De amor y de Dios.
De conversación.
Era otro árbol Eva, otros sueños, otros labios.
Te equivocaste de mesa y de horario.
De casa, de barrio y santuario.
De candelabro.
¡Qué sueño, qué imagen, qué viaje!
Te hubieras metido la bendita manzana entre las piernas,
para que no fueras vos la equivocada.
Otra lengua la de la mordida,
otros dientes los de la carnada.
Te equivocaste de Dios. De sueño y de amor.
De tiempo y de historia.
De memoria.
Amarillita que cosa tan bonita…
🙂 Gracias mi Juaco. Un abrazo para ti.